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Imagen de la Reina de las Marismas en el Santuario de Lourdes en Stos. Lugares |
El 15 de mayo, Domingo de Pentecostés, la mañana
se presentó fría y gris en Buenos Aires, ya en la época
en que el otoño se aproxima al invierno en el hemisferio sur.
En el hemisferio norte, en estos días, cuando
la primavera se acerca al verano, pueden verse los caminos de Andalucía
densamente transitados por miles de fervientes peregrinos, ansiosos
por llegar hasta el santuario de la Virgen del Rocío, situado
en el Parque Nacional de Doñana, dentro del término municipal
de Almonte (Huelva), en una de las peregrinaciones marianas más
importantes del mundo.
Llegados desde Sevilla, Huelva, Cádiz, también
desde diversos lugares de España y del mundo, miles de personas
transitan las campiñas onubenses y las marismas béticas
siguiendo el Camino que lleva al rociero hacia la Virgen de su devoción.
A pie, en carretas, a caballo, en cualquier vehículo, todo es
válido para cumplir el supremo objetivo: llegar al Santuario.
Lugares como Villamanrique de la Condesa, la Raya Real,
Palacio del Rey y el puente del Ajolí, entre otros, son algunos
de los sitios tradicionales del camino realizado y vivido con intensidad,
esperanza y fe por quienes ansían llegar a la Reina de las Marismas,
motivo de la peregrinación.
Hacer el Camino es jolgorio, fiesta, alegría,
cante, baile. También es ferviente la devoción, con plena
pasión.
Durante una semana perdura el clima festivo en la zona,
congregándose en los alrededores de la ermita las comitivas de
peregrinos, jinetes y amazonas, formando caravanas de carretas engalanadas,
acompañadas de romeros a caballo.
En el Gran Buenos Aires el entorno no es el mismo.
Además del clima, el ambiente urbano remplaza a las campiñas
onubenses y las marismas béticas. Sin embargo, encontramos algo
en común: la esperanza y la fe de las personas que se acercan
a la Virgen del Rocío.
En este marco, la comunidad andaluza del conurbano
bonaerense agrupada en el Centro Cultural Andalucía de Buenos
Aires (CeCABA), realizó el domingo 15 de mayo la Tercera Misa,
Procesión y Romería de la Virgen del Rocío en el
Gran Buenos Aires, declarada de interés, a nivel municipal por
la Municipalidad (Ayuntamiento) de Tres de Febrero -en cuya demarcación
se encuentra la localidad de Santos Lugares, donde se desarrollaron
las actividades- y a nivel provincial por el Instituto de Cultura de
la Provincia de Buenos Aires; contando también con el auspicio
de la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía.
El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes se
colmó de fieles, con deseos de asistir y participar en una misa
de características distintas a las que habitualmente allí
se celebran. Para las 11 horas, cerca de 1.500 personas se encontraban
frente al altar de la Gruta de Lourdes, en lugares adyacentes e incluso
en el camino ascendente que lleva a las dependencias elevadas del templo,
desde donde se domina con visión panorámica la parte inferior.
No eran solo andaluces -muchos de ellos con trajes típicos- los
presentes, sino que también los acompañaban vecinos, autoridades,
gauchos del Centro tradicionalista "Juan Manuel de Rosas",
del Centro de residentes jujeños (oriundos de la norteña
provincia de Jujuy) "Tacita de Plata" y una delegación
de jóvenes del Centro Salamanca de Buenos Aires. Entre todos
ellos, una figura emblemática de la música española
en Argentina, de amplia y destacada trayectoria a mediados del siglo
XX, el maestro Francisco Marrodán que, con sus 94 años
y desplazándose en silla de ruedas, no quiso estar ausente participando,
incluso, en la procesión.
Hacia el mediodía comenzó a celebrarse
la Misa Rociera. Con la imagen de la Virgen en el altar réplica
de la gruta de Lourdes, honrándola estaban las banderas de Argentina,
España, provincia de Buenos Aires y Andalucía, y los estandartes
de los centros tradicionalistas y el del CeCABA.
Durante la misa, el celebrante y párroco de la Basílica, Javier Nelson, señaló
la trascendencia de la fecha para los creyentes y, especialmente, para
los de origen andaluz, destacando el importante aporte para la liturgia
que significa la incorporación de cante y baile en la ceremonia.
El mismo recibió las ofrendas, llevadas hasta el altar por niñas
de las comunidades andaluza y salmantina, impartió la Comunión
y, posteriormente, bendijo a las damas y niñas de nombre Rocío,
presentes en el lugar.
El Coro Rociero del CeCABA acompañó la
ceremonia interpretando las canciones durante la celebración
de la Santa Misa.
Pepe Alonso, acompañado en la guitarra por Sergio
Enrique, cantó a la Virgen del Rocío. También lo
hicieron Manolo Couto, Alicia Nieves y la nueva figura de la copla Ariel
Zamora.
Posteriormente, el baile por sevillanas frente al altar
puso una nota de color y calor en el frío día bonaerense;
y una pareja de gauchos jujeños ofreció a la Virgen una
de las danzas tradicionales del noroeste argentino, la zamba.
Luego, la imagen de la Reina de las Marismas, la Blanca
Paloma, fue llevada en procesión por miembros del CeCABA y, también,
por gauchos argentinos, realizando a lo largo del trayecto por las calles
de Santos Lugares, entre el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes
y la plaza situada frente a estación de ferrocarril local, varias
paradas en las que el baile volvió a hacerse presente por sevillanas
rocieras.
Cabe recordar que desde el 6 de diciembre de 2003,
la Basílica Nacional de Nuestra Señora de Luján
(situada a unos 70 kms. al noroeste de la ciudad de Buenos Aires), cuenta
con una imagen Nuestra Señora del Rocío, entronizada con
la participación de la comunidad andaluza en Argentina.
Esta nueva edición de la Misa, Procesión
y Romería de la Virgen del Rocío ha sido un día
de encuentro con la fe y, también, de integración y camaradería
entre pueblos que, compartiendo creencias y tradiciones, contribuyen
con lo mejor de lo suyo. Así lo hacen los andaluces que, a más
de 10.000 kilómetros de distancia de la tierra de origen, mantienen
el apego a ella, trabajan por la vigencia de sus tradiciones, con fervor
y ahínco; las transmiten a sus hijos, las ofrecen, las muestran
y las comparten, dándoles trascendencia pública, desarrollando
así una espléndida obra de integración. Confirmando
la certeza de las palabras del alcalde de Lugo, profesor D. José
Clemente López Orozco, quien hace pocos días, en una rueda
de prensa en la capital argentina, dijera que "España tiene
en América, además del embajador oficial, unos extraordinarios
embajadores con la misma cultura, el mismo idioma, que en ese marco
han educado a sus hijos por varias generaciones y que, si bien ahora
son ciudadanos de cada uno de los países iberoamericanos, además,
se sienten españoles".