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Bailando
por sevillanas junto a la Cruz de Mayo. |
El CeCABA celebró la fiesta de La Cruz
de Mayo y llevó a cabo una nueva reunión
de la Peña Flamenca Blanca Paloma, en cuyo desarrollo
fue presentado el libro "Toque y cante, una vida",
biografía del maestro D. Pepe Alonso, obra de D.
Julio Córdoba.
Es en la primera semana de mayo, en torno al día
3, mientras Andalucía adquiere el colorido especial
de plena primavera, con jardines y campos florecidos,
cuando la Cruz, símbolo de los pueblos cristianos,
adquiere un relevante significado.
Las plazas y otros lugares principales en muchas de sus
poblaciones, se pueden ver adornados por artísticas
cruces con flores, macetas y macetones que, como resultado
del trabajo desarrollado por las peñas, cofradías
y grupos de vecinos, son motivo de manifestación
festiva. Junto a las cruces, se desarrollan verbenas,
con tapas, vinos, cante y baile.
La comunidad andaluza del noroeste del Gran Buenos Aires
también evoca y participa en esta manifestación
del sentimiento y arte popular.
Por ello, aún cuando en el hemisferio sur la época
es otoñal, el Centro Cultural Andalucía
de Buenos Aires realizó su fiesta de La Cruz de
Mayo, haciéndolo junto con una nueva reunión
de la Peña Flamenca Blanca Paloma.
Con tal motivo, el domingo 6 de mayo el Centro Cultural
Andalucía de Buenos Aires (CeCABA), acogió
en su sede de la localidad bonaerense de Santos Lugares
a unas trescientas, personas mayoritariamente de origen
andaluz e hispano, en general, que colmaron el aforo de
su salón de actos.
En el escenario, la Cruz de Mayo engalanada con flores,
el estandarte del CeCABA y las banderas de Argentina,
España, Andalucía y de la provincia de Buenos
Aires, identificando a la comunidad andaluza y destacando,
a la vez, el simbolismo de integración y confraternidad
de la comunidad andaluza en el noroeste del conurbano
bonaerense.
Sergio Poves Campos, artista y poeta hispano argentino,
estuvo a cargo de la presentación, abriendo el
acto con una introducción sobre el origen y significado
de la festividad de la Cruz de Mayo.
Cedió posteriormente la palabra a D. Julio Alberto
Puente (Julio Córdoba, en el mundo literario),
quien presentó la obra de su autoría recientemente
publicada, en la que expone en forma impecable la biografía
del maestro D. Pepe Alonso (Aurelio Benito González
Alonso), originario de villa de San Román de la
Vega, en la leonesa comarca de la Maragatería;
toda una vida dedicada al arte flamenco en la guitarra
y en el cante que por él fuera llevado por todo
el continente americano y España.
Tras las palabras de D. Julio Córdoba, Pepe Alonso
agradeció emocionado y, como lo sabe hacer, entonó
un cante por fandangos, acompañado en la guitarra
por Sergio Enrique, arrancando el caluroso aplauso del
público; brindando, seguidamente, su interpretación
de "Vino amargo", éxito que fuera del
célebre Rafael Farina, contemporáneo de
Pepe Alonso, originario de Martinamor (Salamanca).
Poco después llegaban al escenario, las jóvenes
integrantes del Ballet Andalucía Juvenil, poniendo
una nota de gracia y simpatía.
Luego, hicieron lo propio las integrantes de "Las
Romeras", grupo de baile que -como lo hace con el
Ballet Andalucía- dirige la profesora y coreógrafa
Ester Mata.
Claudia Lugo, del grupo "Las Corraleras", de
la República Oriental del Uruguay, acompañada
por la guitarra de Sergio Enrique, interpretó bamberas,
palo que aflamencara Pastora Pavón (La Niña
de los Peines); haciendo luego sevillanas, acompañada
por otras integrantes del grupo: Alicia, Isabela y Beatriz.
Siguió el cante, en las voces de Amparito Soler
y Manolo Couto: Dando paso al Ballet Andalucía.
Ester Mata expresó su satisfacción por
la divulgación literaria de la trayectoria de Pepe
Alonso, para quien tuvo palabras de felicitación
y elogio.
Ester Mata, directora del Ballet Andalucía y otros
grupos, como Las Romeras, es la madrina de Peña
Flamenca Blanca Paloma de la que, a su vez, es padrino
Pepe Alonso, siendo ambos apreciadas personalidades en
la comunidad española de Argentina. Ester Mata,
además, pidió a todos los presentes que
hagan llegar su voto por la Alhambra, finalista en la
selección de la UNESCO, que podría ser elegida
este año como nueva maravilla del mundo
Siguieron la canción y la copla española,
en la voz de Marta Morel y, posteriormente, volvió
Pepe Alonso al escenario -ahora con su guitarra-, acompañando
a su hermano Rodrigo Ovidio en el cante y, posteriormente,
a Esther Mata en unos fandangos con palillos.
Margarita Heredia, con la guitarra de Leonardo Molina,
brindó diversos temas de su repertorio.
El espectáculo se amplió con el aporte
del público, entre ellos, Viviana, que cantó
el pasodoble "Francisco Alegre". A su vez, Vicente
de Almería salió al cante por fandangos,
recordando a su cantaora madre.
D. Jesús Rodríguez, madrileño de
origen, recordó a su tierra y también el
significado histórico del 2 de mayo (recientemente
conmemorado por la Casa de Madrid en Argentina) recitando,
a continuación, las célebres décimas
del poeta jiennense D. Bernardo López García,
"Oda al Dos de Mayo", que recuerdan el histórico
episodio que iniciara la Guerra de la Independencia y
concluyen con los siguientes versos:
¡Mártires de la lealtad
que del honor al arrullo
fuisteis de la patria orgullo
y honra de la humanidad.
en la tumba descansad,
que el valiente pueblo ibero
jura con rostro altanero
que, hasta que España sucumba,
no pisará vuestra tumba
la planta del extranjero!
Bien oportunas, por cierto, no sólo por ser su
autor originario de Jaén, sino porque los hechos
que se iniciaran en Madrid el 2 de mayo de 1808, llevaron
a la batalla de Bailén (Jaén) donde, tras
cruento combate, los invasores franceses sintieron la
amargura de la derrota.
También se realizó un sorteo de diversos
premios entre el público asistente, siguiendo la
juerga hasta el anochecer.
Los artistas sobresalieron en sus interpretaciones, brindándose
con intensidad al público que los recibió
con alegría demostrada con cálidos aplausos
y expresiones de entusiasmo.
La oferta gastronómica fue también excelente
y abundante: además de los habituales bocados y
tapas, fue ofrecida también una deliciosa paella,
preparada en esta ocasión por el almeriense D.
Miguel Granero.
Fue una tarde espléndida, una reunión de
amigos motivada por la Cruz de Mayo, en el entorno de
una fiesta andaluza que a muchos trajo el recuerdo de
sus pueblos de la Andalucía tradicional, lejana
en el tiempo y la distancia real, pero que siempre se
lleva adentro, en el corazón.